Agricultura familiar, clave para la sostenibilidad y para el derecho a la alimentación

Declaración de la campaña «Derecho a la Alimentación. Urgente» con motivo del Día Mundial de la Alimentación 2014.

El Día Mundial de la Alimentación 2014 nos recuerda la importancia capital que ha tenido, tiene y tendrá en el futuro la agricultura familiar como la apuesta fundamental, más razonable y viable, para erradicar el hambre al mismo tiempo que se conserva el planeta. La seguridad alimentaria mundial depende de ella.

La agricultura familiar es una forma de clasificar la producción agrícola, ganadera, forestal, pesquera, pastoril y acuícola que se produce en pequeñas explotaciones que dependen principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres. Después de la crisis alimentaria de 2008 ha ido creciendo el interés y el reconocimiento hacia esta forma de practicar la agricultura que, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados, es la forma predominante de producción de alimentos.

La agricultura familiar, practicada sobre bases sostenibles, no solo es la que tiene un mayor potencial para combatir el hambre sino que tiene otras muchas virtudes:

  • Mejora la producción cuidando al mismo tiempo de los recursos productivos (tierras, aguas, semillas, biodiversidad, conocimientos…).
  • Tiene también mayor capacidad de adaptación y mitigación del cambio climático, contribuyendo a “enfriar” el planeta.
  • Ayuda al rescate de los alimentos tradicionales y contribuye a una dieta equilibrada.
  • Representa una oportunidad para dinamizar las economías locales, generando empleo.
  • Contribuye a la vertebración de los territorios rurales en un mundo creciente e insosteniblemente urbanizado.
  • Está ligada a la conservación de valores etnográficos y culturales del mundo rural.

Sin embargo, la agricultura familiar no podrá desarrollar este potencial ni prestar este servicio -vital para la humanidad- si no se toman medidas de apoyo adecuadas. Después de décadas de abandono es necesario que se desarrollen políticas públicas que faciliten el acceso a recursos productivos, que potencien el bienestar de las comunidades rurales y su acceso a infraestructuras y servicios básicos, que garanticen el acceso a los mercados en condiciones equitativas, que apoyen la innovación y remuneren los servicios medioambientales que prestan este tipo de explotaciones familiares y que se preocupen por el necesario relevo generacional.

Las organizaciones que impulsamos la campaña “Derecho a la Alimentación. Urgente” aprovechamos esta oportunidad del Día Mundial de la Alimentación 2014 para reclamar el apoyo decidido a la agricultura familiar. Desde la preocupación por la sostenibilidad ambiental y por la equidad, los programas de cooperación internacional orientados al desarrollo rural, a la seguridad alimentaria y nutricional y a la lucha contra el hambre deberían concentrarse en este modelo de agricultura.

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