La cara B de las TIC para el Desarrollo

L@s voluntari@s del grupo de trabajo de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de ONGAWA repasan algunas claves de la aplicación de las TIC para resolver problemas de desarrollo y mejorar las condiciones de vida y el ejercicio de los derechos humanos. Esta entrada es la primera de una serie en la que el grupo abordará diferentes casos y tendencias en el uso de las TIC para el desarrollo humano.

Peru comunic Cusco COMP

Las tecnologías de la información y las comunicaciones han echado raíces en la sociedad del siglo XXI y cada día se agarran con más fuerza al sustrato que compone nuestra vida cotidiana. Una fuerza que proviene de las soluciones que ofrecen, pero también de las necesidades que acaban imponiendo. Un claro ejemplo de ello es cómo ha variado el desarrollo de las relaciones laborales y sociales o cómo el sistema educativo ha adoptado el uso de contenidos divulgativos ‘online’ frente a los métodos tradicionales.

Incidir en la capacidad de acceso y el uso a las TIC por ser un elemento capacitador y amplificador resulta imprescindible para el desarrollo. Sin embargo, la perspectiva desde el norte sobre las TIC (creación, gestión y acceso a contenidos/datos, conexión de administraciones, e-gobierno, etc.) dista mucho de la que es necesaria en muchas regiones del planeta, donde la disponibilidad de acceso, uso y potencialidad de las TIC escasea o se encuentra mermada por las condiciones locales de pobreza y situación geográfica. Las tecnologías han de implantarse en consecuencia al contexto social, cultural e institucional de la zona.

La brecha mencionada es uno de los indicativos acerca de las diferencias entre los pueblos y además éstas quedan manifiestas en la capacidad del cumplimiento de los derechos humanos en dichas regiones. Es normal preguntarse entonces qué relación puede haber entre derechos humanos y TIC, y dónde encaja una ONG como ONGAWA en todo esto.

Comúnmente lo que se espera de las TIC es el acceso a la información y la reducción de las fronteras comunicativas entre pueblos derivada de los problemas de accesibilidad, reparto dispar en la demografía de la zona, la carencia de infraestructuras o el endeudamiento económico. Estos aspectos suelen ser los más identificativos de las TIC, donde tienen relación directa entre el elemento inicial y el producto final. En ese ámbito surgen proyectos como TUCAN 3G – investigación para el desarrollo de telecomunicaciones en regiones del amazonas u OpenStreetMaps (recolección de información geográfica de acceso público).

Sin embargo, existe una cara B sobre el uso de las TIC para el desarrollo y de igual magnitud a la anteriormente mencionada. Las TIC se han integrado como un agente transversal en distintos proyectos desenvolviéndose como un elemento capacitador y potenciador. De ese modo es posible actuar sobre otros problemas cotidianos de estas comunidades por medio de las TIC y que suelen estar ligados al cumplimiento de los derechos humanos. Proyectos como el desarrollado en la R.D.P. de Laos para la reducción de la pobreza de su población mayoritariamente pescadora o el desarrollo del sistema educativo en el área de Nampula (Mozambique) son claros ejemplos de lo que se pretende obrar.

En el caso de ONGAWA, las TIC han sido aplicadas directamente e incluso como apoyo a proyectos de otras áreas como Energía, o Agua y Saneamiento. Es por ello que el impacto de las TIC sobre el trabajo desarrollado es considerable y que la influencia que pueden acabar teniendo sobre el correcto uso y gestión de los recursos o el cumplimiento de DD.HH la convierte en uno de los principales agentes para el desarrollo de estas comunidades.

Los esfuerzos en este ámbito se están manifestando mediante la colaboración en el programa Willay para lograr la gobernabilidad democrática en las regiones rurales de Perú o en la creación de un sistema de gestión y desarrollo de las infraestructuras para el acceso al agua y saneamiento en Manhiça (Mozambique).

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