
Empresas, desarrollo y lucha contra la pobreza: aprendiendo de la experiencia
A pesar de que la incorporación del sector empresarial a la agenda de desarrollo hace tiempo que dejó de ser nueva, el nivel de ruido cada vez que se habla del asunto no ha disminuido. Tras la aprobación de la Alianza de Busán en 2011, podía esperarse que la acumulación progresiva de experiencia, conocimiento y reflexión sobre la contribución empresarial al desarrollo sostenible hubiera permitido delimitar roles e identificar modelos eficaces.
No ha sido así. La relación entre intereses empresariales y objetivos de desarrollo todavía es objeto de debate, e incluso términos como colaboración o alianza están marcados en muchos contextos por la sospecha. Desde luego, la falta de evidencias sobre modelos y resultados, y la proliferación de iniciativas más próximas al marketing que al desarrollo, no han ayudado a disipar el ruido. De nuevo, a propósito de la recién aprobada Agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible buena parte de los focos apuntan al sector empresarial: junto a las expectativas de inversión privada en sectores clave como infraestructuras o energía, surgen dudas sobre si las prioridades empresariales no excluirán a las regiones y colectivos más vulnerables.
En la cooperación española, en la que la incorporación incipiente del sector empresarial ha coincidido con la jibarización de instituciones y fondos de ayuda, faltan también elementos para sentar las bases de una discusión seria sobre roles, instrumentos y eficacia, y el debate permanece anclado con demasiado frecuencia entre tópicos generales, confusión estratégica y posiciones maximalistas.
En este contexto, el programa Compromiso y Desarrollo que ONGAWA lleva a cabo con el apoyo de la Cooperación Española pretende generar y compartir aprendizajes sobre modelos de contribución empresarial al desarrollo humano. La sistematización de experiencias diversas que está realizando ONGAWA en el marco de este programa pretende aportar lecciones útiles para todos los actores del sistema de cooperación, que contribuyan a aclarar el debate y orientar la toma de decisiones.
Por el momento, la serie de estudios de caso Empresa y Desarrollo recoge nueve experiencias en las que el rol empresarial responde a modelos diversos, tanto por los actores involucrados o las zonas de intervención, como por la modalidad, el alcance de los proyectos y su propia vinculación al núcleo de negocio de la empresa. Entre las lecciones obtenidas puede destacarse la necesidad de superar herramientas y modelos rígidos de participación empresarial en acciones de desarrollo, así como de adaptar las lógicas de intervención y colaboración al contexto y los objetivos perseguidos. Por otro lado, como en cualquier acción de desarrollo, la implicación tanto de administraciones públicas locales como de organizaciones sociales resulta un factor clave para la legitimidad y la viabilidad del proyecto. Por último, parece confirmarse la correlación entre capacidad de innovación, sostenibilidad de los resultados y vinculación del proyecto al núcleo de negocio de la empresa.