
Higiene menstrual: un asunto de Derechos Humanos
Cada día 800 millones de mujeres están menstruando en el mundo. A pesar de que la menstruación es un proceso biológico natural, los tabúes que caen sobre ella en muchas sociedades del mundo hacen que millones de mujeres y niñas sean discriminadas y excluidas.
La falta de agua, medios e instalaciones adecuados para la higiene menstrual supone una vulneración de derechos para mujeres y niñas, y tiene consecuencias directas sobre su salud, su educación y sus oportunidades laborales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF definen una adecuada gestión de la higiene menstrual (GHM) como aquella que permite a mujeres y niñas “utilizar material para la higiene menstrual limpio, que absorba o recoja la sangre y pueda ser cambiado en privado durante el período de menstruación, utilizando agua y jabón para higienizar el cuerpo, y teniendo acceso a instalaciones para disponer del material ya utilizado” (WASH United Girls, 2015).
Mentruación y escuelas: niñas que no pueden ir a clase
Menos de 1/3 de las escuelas de todo el mundo tienen aseos, y eso significa para las niñas que menstrúan la imposibilidad de disponer de medios para la higiene en su centro educativo. Junto a la importancia de tabúes y estigmas sobre la menstruación en muchas sociedades, esta falta de acceso a medios de higiene menstrual es la causa principal de absentismo escolar en las niñas, que pierden cuatro o cinco días de clase cada mes (Joint Monitoring Program, 2018).
No contar con una higiene menstrual adecuada no solo afecta por tanto a la salud de las niñas, sino que condiciona directamente sus trayectorias personales y profesionales futuras. Acumular absentismo y retrasos en el aprendizaje perjudica su rendimiento educativo respecto a sus iguales masculinos, y conduce en muchos casos al abandono escolar y al matrimonio temprano.
Empoderamiento de mujeres y niñas en Tanzania para romper el tabú
El proyecto que ONGAWA lleva a cabo con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y de la Junta de Castilla y Léon en las zonas rurales de los distritos de Same y Muheza, en el norte de Tanzania, persigue situar a las mujeres y sus necesidades y demandas en el centro de la gestión comunitaria del agua.
- Se promueve la participación de las mujeres en los Comités de Gestión Comunitaria de Agua y Saneamiento (COWSO, por sus siglas en inglés) para que sus demandas y necesidades relacionadas con el agua, la higiene y el saneamiento sean atendidas.
- En todas las comunidades se lleva a cabo un programa de higiene menstrual orientado a romper el tabú cultural dominante sobre la menstruación, primer paso para que las mujeres y las niñas puedan contar con instalaciones y medios adecuados para su higiene.
- Se están construyendo espacios escolares para la higiene menstrual en las 13 escuelas de la zona de intervención. Además se ha realizado un diagnóstico de conocimientos, actitudes y prácticas sobre higiene menstrual en las escuelas, y se han elaborado unas directrices para su incorporación eficaz.