
Internet como Derecho a la Comunicación: Willay rompiendo barreras
El Foro Latinoamericano de Gobernanza de Internet (LACIGF6) reunió del 27 al 29 de agosto a los principales actores públicos y privados de la región relacionados con la sociedad digital. Annie Ferrari, voluntaria del grupo de trabajo de TIC de ONGAWA, recogió en nombre de la organización el premio FRIDA a las iniciativas que más contribuyen al desarrollo de la sociedad de la información en la región, que este año ha sido concecido al programa Willay que ONGAWA lleva a cabo en Perú. En este artículo resume las claves de los debates que se produjeron y sus principales impresiones sobre el Foro.
El encuentro tuvo lugar en Córdoba (Argentina) y sirve además como sesión regional preparatoria del Foro Internacional de Gobernanza de Internet, que este año tendrá lugar en Bali del 22 al 25 de octubre. ONGAWA participa en ambos foros internacionales con el objetivo de compartir la experiencia y el conocimiento generado a través del programa Willay sobre la aplicación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a la gobernabilidad relacionada con servicios básicos en zonas rurales.
Los debates que tuvieron lugar en el evento giraron en torno a la importancia del derecho a la comunicación y el potencial de Internet como herramienta habilitadora de este derecho y canal para facilitar la participación de múltiples actores en el gobierno de Internet, aspectos en los que, justamente, trabaja el programa Willay. Cuestiones como la privacidad de la información, la seguridad, el acceso, las políticas de regulación o el rol de Internet en el desarrollo han sido analizados en diferentes mesas y espacios de discusión en los que han participado empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
Entre las intervenciones más destacadas destacó la del Relator Especial de la ONU para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, Frank La Rue, quien a partir de un enfoque de Derechos Humanos, resaltó el derecho incividual y colectivo a buscar y recibir información y, sobretodo, a expresar opinión y cultura, así como la necesidad de que se disponga de los medios adecuados para ejercerlo. Internet es una herramienta para ejercer el derecho a la comunicación y, frente a los riesgos que acarrea Internet relacionados con los derechos humanos, el relator apostó por reforzar políticas de prevención más que de prohibición, y promover la participación y la responsabilidad ciudadana. Es preciso encontrar por tanto un equilibrio entre las acciones que se realicen en pos de la seguridad y la protección del derecho a la privacidad y el cuidado de los datos personales.
El programa Willay recibió el premio FRIDA en la categoría Libertades y fue presentado por Ongawa, Ingeniería para el Desarrollo Humano a todos los participantes en el Foro. Willay tiene como finalidad el apoyo a la gobernanza democrática de zonas rurales mediante el uso de nuevas tecnologías, basado en un enfoque de derechos. Willay (conectar, comunicar en quechua) es un programa que ONGAWA lleva a cabo, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacinal para el Desarrollo (AECID) y la colaboración de sus socios y aliados, en dos provincias rurales de Perú (Acomayo en Cusco y San Pablo en Cajamarca). La sistematización de la experiencia permitirá tener un efecto multiplicador para estimular en otros actores públicos y privados la réplica de iniciativas similares en otras zonas de Perú.
Willay plantea aprovechar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para incorporar mejoras en tres pilares de la gobernanza democrática: participación ciudadana, rendición de cuentas/transparencia y servicios ofertados por las instituciones públicas a la ciudadanía. Son destinatarios de la intervención las organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas (municipalidades, centros de salud, escuelas y policía) y espacios de concertación entre sociedad y administración.
Por último, cabe destacar que la actividad de Ongawa y el buen desarrollo del programa Willay no sería posible sin el apoyo de toda su base social (voluntarios, socios, universidades, colegios profesionales, instituciones privadas y públicas) y de las administraciones locales peruanas, los empleados públicos de las 44 instituciones alcanzadas por el programa y las más de 60 asociaciones civiles con las que trabaja Willay. Especial mención merecen el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), principal financiador del programa, los socios estratégicos de ONGAWA para su ejecución: el Centro Ecuménico de Promoción y Acción Social (CEDEPAS Norte), el Cenro Guaman Poma de Ayala, la organización Manuela Ramos y Soluciones Prácticas.