Los sin nombre
Alrededor de un 17% de la poblacion beneficiaria del programa Terrena no tiene un documento de identificación. Una crónica de Jorge Álvarez-Sala, representante de Ingeniería Sin Fronteras ApD en Nicaragua.
Crónica de Jorge Álvarez-Sala, representante de Ingeniería Sin Fronteras ApD en Nicaragua
Hoy vuelvo a hablaros de los «sin nombre». De aquellas personas que oficialmente no existen.
Hace unos meses mencionaba que alrededor de un 17% de la poblacion beneficiaria del programa Terrena no tiene cédula (DNI) y por lo tanto no existe oficialmente y no tiene derechos.
No obstante recientemente escuché en las noticias de una niña, menor de edad, que tiene dos cédulas, una en la que aparece su edad real, y otra en la que aparece como mayor de edad.
Algunos/as de vosotros/as recordaréis vuestra época de adolescentes falsificando documentos que os permitieran entrar en las discos.
Este caso es algo más triste. La niña que menciono trabaja en un prostíbulo, y su proxeneta consiguió una cédula «falsa» para no tener problemas con la policía. Pongo lo de «falsa» entre comillas porque en realidad la cédula fue emitida por el CSE (la institucion de gobierno que se encarga de eso).
Hoy quería hablaros de otro problema relacionado con las cédulas, pero mucho más cercano. Y es la hija de la señora que limpia en nuestra casa. Sí, la misma a la que le hicimos un préstamo hace meses para montar un negocio de venta de buñuelos en un mercado -por cierto, el negocio le va bastante bien, aunque ello implica jornadas maratonianas de trabajo desde las 4 de la mañana hasta la noche-.
El caso es que su hija juega a futbol. Algo muy poco habitual en Nicaragua porque aquí lo que «pega» es el beisbol, y el deporte, en general, es cosa de chicos.
La niña, de 13 años, juega muy bien. Y no lo digo yo, sino que lo dice gente que la ha estado entrenando y que la ha seleccionado para representar a Nicaragua en el mundial de futbol de Sudáfrica*.
¿Por qué pongo el asterisco? Pues porque no es el mismo mundial donde va a jugar Ronaldinho y los demás galácticos, sino en un mundial de fútbol paralelo para «niños de la calle».
¿Niños de la calle? Pero, ¿no es la hija de tu empleada? Efectivamente. Pero hay que tener en cuenta que si fueran niños «sin familia» no se podrían sacar del país así como así. Pensemos en lo que ha pasado con esa pandilla de pseudo-cooperantes detenidos en Haití por estar traficando con niños.
Alexandra (nombre ficticio) es una niña «en situación de calle», es decir, en situación de riesgo. Riesgo de caer en la delincuencia, drogas, etc, viviendo en un barrio muy pobre e inseguro, y con una alta probabilidad de alimentar ese circulo vicioso de la pobreza en las barriadas de la periferia de las grandes ciudades latinoamericanas.
O tal vez no!
Alexandra va a tener la oportunidad de vivir una experiencia única. Va a viajar a ¡¡África!! Probablemente se esperará un África llena de leones y tigres. Pero por el momento está estudiando inglés porque le han dicho que si no aprende inglés no va a poder pedir ni agua.
Podéis imaginaros la ilusión de esta niña de 13 años….. frustrada porque no tiene cédula ni pasaporte.
Y es que, por un problema burocrático en el registro civil, está teniendo problemas para conseguir el pasaporte que necesita para salir del país.
Este hecho ha evidenciado otro, no menos grave, y es el hecho de que Alexandra no tiene cédula, no existe.
Su mamá, además de cuidar de la casa, de los «chiguines», de vender buñuelos en el mercado al alba, de limpiar casas a mediodía… ahora tiene el trabajo extra de pelearse con funcionarios de medio Managua para que su hija pueda cumplir su sueño.