
Mradi wa Maji na Maendeleo
Alejandro Jiménez, socio y voluntario de ONGAWA nos cuenta en primera persona una de sus experiencias en Same, Tanzania.
Recuerdo con bastante nitidez la primera vez que recorrimos las comunidades del Distrito de Same, en Tanzania. Habíamos estudiado su situación, y nuestra intención era intentar que el siguiente programa de ONGAWA pudiera abastecer a una veintena de las comunidades más vulnerables. Durante dos semanas estuvimos recorriendo el Distrito, en jornadas muy muy largas, y poniendo a prueba la destreza de Emmanuel, nuestro conductor. Durante esas semanas vi algunas cosas que no me esperaba.
Llevaba unos años ya trabajando en ONGAWA, y había visto situaciones difíciles en las comunidades rurales, pero hubo una en particular que me impactó. La gente en uno de los pueblos bebía agua del río, habitualmente (con los problemas que esto de por sí ya tiene). Pero ese riachuelo se secaba en verano. Entonces, lo único que podían hacer era excavar pequeños pozos en el lecho del río, y tratar de conseguir agua (mezclada con arena) del hilillo de agua que corría bajo la superficie. Podían tardarse horas en llenar un cubo, y así cada día. El lecho del río se convertía en un campo de pequeños pozos, que se iban secando poco a poco, y entonces había que hacer más, y más profundos, y cada vez se tardaba más en llenar el cubo. Y se podía estar toda la mañana, y volver a casa sin agua. Y por supuesto, una familia aguantaba varios días, todo lo que podía, con esos 20 litros de agua con arena.
Same no es uno de los distritos más pobres, pero sin duda, era el distrito más vulnerable a la sequía en el que había estado. Y diseñamos y formulamos un programa para cambiar esa situación. Se llama Mradi wa Maji na Maendeleo (Programa de Agua y Desarrollo), MAMA Same. Comenzó el 15 de enero de 2008 y terminará en abril de 2013. Gracias a ese programa, al esfuerzo de la gente que lo ha hecho posible todos estos años, y a todos los que apoyan el proyecto ONGAWA, habrá 40.079 personas más con un acceso básico a agua en 15 comunidades como aquélla, lo que equivale al 20% de la población del Distrito.
No ha sido fácil, y no se puede decir que sea perfecto, pero sin duda marca la diferencia en el Distrito. Aún quedan muchas cosas por hacer, y apoyo que prestar, sobre todo al gobierno del Distrito, para que pueda asegurar la sostenibilidad de esos servicios. Pero os puedo asegurar que si alguno de vosotros viaja a Tanzania, llega al pueblo de Same (no está lejos del Kilimanjaro, camino de Dar es Salaam), y pregunta por allí sobre el agua en las comunidades, tardará muy poco en que alguien le hable de ONGAWA, “esos que ponen agua en los pueblos lejanos”.