
Mujeres, energía y cocinas mejoradas en Nicaragua
En Nicaragua existen más de un 1,5 millones de personas – el 25% de sus habitantes – sin acceso a energía eléctrica, especialmente en zonas rurales donde el 90% de la población utiliza leña como combustible. Las consecuencias de esta falta de acceso adecuado a energía son múltiples: la combustión inadecuada en el interior de los hogares da lugar a enfermedades respiratorias graves, sobretodo en mujeres y niños – 37.000 personas mueren cada año en Centroamérica por esta causa. Además, la recogida de leña está entre las causas principales de la deforestación que empobrece el territorio en amplias zonas del país.
La importancia del problema, y sobretodo su impacto directo sobre la vida y la salud de mujeres y niñas, reunió hace algunas semanas en Managua a representantes de gobiernos, ONG, empresas y comunidades en el Foro Nacional sobre Género y Energías Renovables, con el propósito de debatir y ampliar el conocimiento sobre la generación de energías limpias con equidad de género.
El Foro fue organizado por la Red de Incidencia en Género y Energía (RIGE), la Asociación RENOVABLES de Nicaragua y ONGAWA Ingeniería para el Desarrollo Humano, con la colaboración de International Network on Gender and Sustaninable Energy y la oficina global de Género de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Durante el Foro se presentó Energía Sostenible para Todos, una iniciativa de Naciones Unidas para que empresas, sociedad civil y gobiernos sumen esfuerzos para alcanzar la universalidad y la sostenibilidad del acceso a la energía. Nicaragua se unió a la iniciativa en 2013 y, tras la elaboración del diagnóstico, el Plan de Acción está en proceso de elaboración.
Por su parte ONGAWA presentó un estudio sobre la implementación de cocinas mejoradas en comunidades rurales del departamento de Jinotega en el marco del Programa Terrena. El estudio ha sido realizado por Candela de la Sota, investigadora del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, y evalúa la experiencia de ONGAWA mejorando la eficiencia del consumo de leña en los hogares a través de la instalación de cocinas mejoradas.
Los objetivos del proyecto eran mejorar la calidad del aire en las viviendas, empoderar a las mujeres y reducir la deforestación en zonas de recarga hídrica claves para el abastecimiento de agua de más de 50.000 personas. El estudio proporciona material útil para el análisis y el aprendizaje – tanto de ONGAWA de cara a su aplicación en acciones futuras como de otros actores interesados – sobre un ámbito en el que escasean las evidencias sobre los verdaderos impactos de las intervenciones.
Entre los resultados del estudio destaca la importancia de la participación de las familias, y especialmente de las mujeres, en el proceso de diseño e implementación de las cocinas: es su participación la que asegura la apropiación de la tecnología por parte de los usuarios, su adecuado uso y mantenimiento y, por tanto la sostenibilidad de los cambios y mejoras producidos. Otros cuestiones que el informe plantea son la pertinencia de utilizar materiales locales, la disponibilidad financiera de los usuarios para hacer frente a la inversión en la cocina mejorada, o el grado de implicación y participación de las mujeres en el proceso.
Desafortunadamente en el país, la mayoría de las políticas energéticas y sus marcos legislativos no incorporan el enfoque de género, lo que contribuiría significativamente a valorar y visibilizar los aportes y experiencias de las mujeres, tanto en las maneras como resuelven en el día a día las responsabilidades de garantizar energía para ámbito doméstico, hasta como se implican en los procesos de desarrollo en sus comunidades rurales y barrios urbanos en relación al acceso, uso, gestión y control de nuevas fuentes de energías para los aspectos productivos.