2020 no fue un año cualquiera. Se recordará como aquel en el que la humanidad enfrentó la mayor crisis sanitaria de la historia reciente. Ahora sabemos que hicimos algunas cosas bien, y otras no tanto, y ni siquiera hemos entendido del todo hasta qué punto estamos juntos en esto. La desigualdad y la injusticia han marcado también la gestión de la pandemia. Y no hay más que echar un vistazo al panorama global de acceso a vacunas para comprender que siguen ahí.

Para ONGAWA también ha sido un año difícil. El coronavirus llegó sin avisar a las zonas en las que trabajamos, que no contaban ni con sistemas de salud adecuados para responder ni con medios de higiene de ningún tipo.  Adaptamos nuestros programas para volcarnos en facilitar acceso a agua y jabón en comunidades, escuelas y centros de salud: el lavado de manos era la primera barrera contra el virus. 

En España, el confinamiento y el resto de medidas de prevención limitaron drásticamente nuestras actividades de participación, encuentro y promoción de ciudadanía global. La vida de ONGAWA, como la de casi todos, se tuvo que mudar a la pantalla, y no fue fácil.

A pesar de todo, hemos seguido trabajando por los derechos de las personas más vulnerables, impulsando cambios para reducir la pobreza y las desigualdades y avanzar hacia un mundo más justo y sostenible. Y lo hemos hecho, como siempre, con el apoyo de todas las personas e instituciones que formamos ONGAWA. Sin ellas, sin ti, no hubiéramos podido.

Ojalá aprendamos de esta crisis que la cooperación, la justicia y la solidaridad son las mejores estrategias para afrontar el reto de la salud global, pero también el de la pobreza o la crisis climática.  En ONGAWA lo tenemos claro y trabajaremos para que así sea.

Gracias por tu apoyo.

  

ÁNGEL FERNÁNDEZ RAMOS

Presidente de ONGAWA


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